Enfermedad neurológica / Afecta a entre 6000 y 8000 argentinos
Primer medicamento oral para la esclerosis múltiple
Hasta ahora, todos eran inyectables, lo que dificulta la adherencia
Mucho de aquellos que todos los días deben tomar una pastilla para controlar alguna enfermedad crónica -como la hipertensión o el hipotiroidismo- sueñan con que algo los libere de esa tediosa rutina. Pero para quienes diaria o periódicamente deben administrarse el tratamiento a través de inyecciones, el sueño más cercano no es otro que el de una pastilla que los libere de los pinchazos.
Para los pacientes con esclerosis múltiple, ese sueño se ha cumplido. Esta semana fue presentado el primer medicamento oral para la forma más común de esa enfermedad en la que ciertos componentes de las defensas del organismo se vuelven contra el sistema nervioso central; una enfermedad que librada a su evolución natural es altamente discapacitante y que, según se estima, afecta a entre 6000 y 8000 argentinos.
"El fingolimod es un inmunosupresor muy selectivo, que actúa sobre determinadas células del sistema inmunológico (los linfocitos T), lo que evita que ingresen en el sistema nervioso central y causen las lesiones características de la esclerosis múltiple", declaró el doctor Edgardo Cristiano, jefe del Servicio de Neurología del Hospital Italiano.
El estudio clínico que comparó al nuevo medicamento con uno de los tratamientos convencionales (el interferón beta-1a inyectable) mostró que quienes recibieron fingolimod tuvieron una tasa de recaídas un 52% menor. Justamente, la forma más común de la esclerosis múltiple, llamada "de recaídas y remisiones", se caracteriza por la alternancia de exacerbaciones con períodos en que los síntomas remiten.
Reducir el riesgo de exacerbaciones o brotes implica no sólo extender el período en que el paciente se encuentra libre de síntomas -que van desde alteraciones de la visión y del oído, hasta debilidad muscular, dificultad en la coordinación o incluso parálisis-, sino que evita que se produzcan nuevas lesiones en el sistema nervioso central, cuya acumulación es la que hace progresar la enfermedad y conduce a la discapacidad.
Adiós a las inyecciones
"Las inyecciones me provocaban todos los efectos secundarios que pueden tener: un dolor que me atravesaba la piel y la carne, sensación de estar engripada, dolor de cabeza... Yo me inyectaba el fin de semana para poder ir a trabajar el lunes", contó Elizabeth Spina, de Miramar, que desde hace 13 años convive con la enfermedad, pero que 3 años y medio atrás comenzó a recibir fingolimod, al ingresar a uno de los estudios clínicos que evaluaron su seguridad y eficacia.
Desde entonces, no ha vuelto a tener recaídas. "Para los pacientes es algo muy importante tener la posibilidad de tomar una pastilla y no tener que inyectarse", destacó.
Un estudio realizado en pacientes con esclerosis múltiple reveló que más del 30% de los problemas de adherencia al tratamiento se deben a que es inyectable. "Hay pacientes inyectofóbicos, que serían candidatos a recibir una medicación oral, ya que lo único que los está limitando para recibir el tratamiento es el miedo a las inyecciones", comentó el doctor Fernando Cáceres, director de Instituto de Neurociencias de Buenos Aires (Ineba).
El uso de fingolimod no está exento de efectos adversos; los más frecuentes son dolor de cabeza, gripe, tos, diarrea y un leve incremento de la presión arterial, entre otros. Una particularidad es que la primera dosis puede causar una disminución transitoria de la frecuencia cardíaca, por lo que, al recibir por primera vez el tratamiento, el paciente debe permanecer bajo control médico (en el consultorio o en la institución médica) durante 6 horas.
"Esta precaución debe tomarse también si el paciente retoma el tratamiento después de 15 días o más de no haberlo tomado", dijo el doctor Orlando Garcea, jefe del área de Esclerosis Múltiple del hospital Ramos Mejía. "De presentarse, es un efecto adverso completamente manejable si se conoce el medicamento", dijo el doctor Vladimiro Sinay, a cargo del área de Enfermedades Desmielinizantes de la Fundación Favaloro, para quien el fingolimod "representa una nueva opción de tratamiento con una forma de administración mucho más cómoda".
"En nuestra experiencia -agregó Garcea-, los pacientes se cansan de las inyecciones: a los 5 años, la tercera parte de los pacientes abandonan las inyecciones. Esperamos que el fingolimod resuelva en gran medida estas situaciones."
Nuevo centro de día en Merlo
La Asociación de Lucha contra la Esclerosis Múltiple (www.alcem.org.ar) inauguró esta semana un nuevo Centro de Día para pacientes en Merlo (Sarandí 540), provincia de Buenos Aires. El centro ofrece servicios de fisiatría, kinesiología, psicología, urología, fonoaudiología, y terapia ocupacional,; así como también talleres y grupos de autoayuda, con el objetivo de mejorar la salud y calidad de vida de los pacientes y sus familias..
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