Un experimento en ratones muestra el origen de un trastorno obsesivo compulsivo
Los ratones que se arrancan el pelo de forma compulsiva hasta herirse se curan de este trastorno con un trasplante de médula ósea, lo que demuestra por primera vez la relación entre una enfermedad mental y las células del sistema inmune, aseguran los autores del estudio, que abre puertas a nuevos tratamientos psiquiátricos.
"Mostramos que existe una relación directa entre un trastorno psiquiátrico y el sistema inmune, exactamente las células microgliales, que se originan en la médula ósea y se encuentran en el cerebro", explica Mario Capecchi, premio Nobel y catedrático de Genética Humana de la Universidad de Utah (EE UU). Y agrega; "Existía la hipótesis pero hasta ahora no se había probado una relación directa".
El descubrimiento, que se ha publicado en la revista Cell , será fuente de inspiración de nuevas terapia para los trastornos psiquiátricos basadas en la inmunología, cree Capecchi.
Su equipo ya había demostrado que el trastorno en los ratones, similar a la tricotilomanía en humanos, está causado por un gen Hox mutado que da lugar a células microgliales defectuosas. Estas células, algunas de las cuales se producen en el cerebro y otras migran de la sangre al cerebro, defienden el cerebro y la médula espinal de agentes infecciosos. En humanos, siete estudios de ámbito internacional indican una prevalencia del trastorno de entre el 1,9 y el 2,5%.
En el experimento se transplantó médula ósea de ratones normales a 10 ratones con la mutación. A los pocos meses todos los animales trasplantados mostraron un comportamiento normal; cuatro de ellos se recuperaron completamente y los demás mejoraron mucho.
´Mucha gente pensará que es asombroso que la médula ósea pueda corregir un trastorno del comportamiento´, dice Capecchi. ´Sin embargo, no propongo que hagamos trasplantes de médula ósea para cualquier trastorno psiquiátrico. Son caros y los riesgos y complicaciones son tan elevados que normalmente sólo se utilizan en casos en que peligre la vida´.
Los investigadores también realizaron el trasplante al revés, de ratones modelo de la enfermedad a ratones normales y estos empezaron a arrancarse el pelo de forma compulsiva y además la mitad murieron, seguramente por el fracaso del trasplante. Además, los experimentos mostraron que la causa del trastorno no es la poca sensibilidad al dolor que lo acompaña, y que se debe al parecer a una mutación distinta en el mismo gen.
En estudios anteriores se habían encontrado indicios de la relación entre el sistema inmune y los trastornos mentales, pero no como causa y efecto. A muchos de los depresivos les funciona mal el sistema inmune, y se han hallado genes que favorecen la depresión, la esquizofrenia, los trastornos obsesivo-compulsivos, el trastorno bipolar y el autismo que tienen que ver con el sistema inmune, explica el premio Nobel.
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