domingo, 26 de diciembre de 2010

Nueva vacuna contra el herpes bovino hecha en la Argentina


No sólo protege, sino que permite identificar qué animales están infectados.

Un virus altamente contagioso que mide apenas ¡entre 150.000 y 200.000 millonésimas de metro! es capaz de poner en jaque los rebaños: causa abortos entre el quinto y el octavo mes de gestación en el 25% de las vacas infectadas, se contagia a las crías, reduce la calidad del semen en los machos, provoca conjuntivitis e infecciones respiratorias...

Es el herpes bovino (HVB) que, como en el caso de otro integrante de su familia, pero que ataca a los seres humanos, luego de la etapa aguda de la infección se aloja en las neuronas de ganglios sensoriales, donde permanece latente de por vida y, ante situaciones de estrés, se reactiva.

Basta con recordar que el HVB genera en el país pérdidas que rondan los 200 millones de dólares anuales, para comprender la importancia de un nuevo desarrollo tecnológico de investigadores del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA): acaban de desarrollar una vacuna que no sólo permite controlar la enfermedad, sino también identificar los animales infectados en un rodeo.

"Actualmente hay una en uso [también desarrollada por el INTA en los años 80], pero como éste es un virus que produce latencia [queda escondido en ciertas células sin dar síntomas], cuando el animal padece estrés por parto, porque tomó mucho sol o por otras causas, el virus se reactiva y vuelve a producir síntomas -explica la bioquímica y ex directora del Centro Nacional de Investigación en Ciencias Veterinarias y Agronómicas, Ana María Sadir-. Lo interesante es que con la nueva vacuna podemos diferenciar si el animal está protegido porque está vacunado o si tiene el virus latente."

La especialista, que circunstancialmente recibe la llamada de La Nacion en Rosario de la Frontera, Salta, detalla que esto es posible gracias a una ingeniosa "triquiñuela": mientras la inmunización clásica se hacía con el virus entero (pero inactivado), la nueva se basa en la extracción de una de las 69 proteínas que sintetiza el genoma viral, la glicoproteína E (gE).

"Así, podemos diferenciar si estamos ante la vacuna o ante el virus dependiendo de si esa proteína está presente, o no -subraya Sadir-. Si la tiene, es porque se trata del virus y hay que sacarlo del rodeo."

Mariana Puntel, becaria del INTA que realizó su tesis doctoral sobre este tema con la dirección de la doctora Sadir y que actualmente investiga en los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos, explica en un comunicado de la institución que "la idea de extraer esta proteína del genoma viral era atenuar al microorganismo".

Iniciativa pública y privada

El HVB se transmite por aerosoles o contacto entre animales infectados a partir de secreciones respiratorias, oculares y del tracto reproductivo. También puede contagiarse indirectamente durante la inseminación artificial o por el trabajo de los veterinarios.

Los síntomas comienzan luego de dos a seis días con fiebre, anorexia, aumento de la frecuencia respiratoria, tos y depresión, que pueden complicarse con otras infecciones bacterianas. En general, se recuperan dentro de las dos semanas siguientes, aunque quedan susceptibles a la reactivación del virus y con la capacidad de volver a contagiar.

Según diversos estudios, si bien la enfermedad está presente en todo el mundo, su incidencia varía de un país a otro. Los datos más recientes indican que ésta sería del 21 al 56% en la provincia de Corrientes; del 17 al 65%, en La Rioja; del 7,6%, en Pergamino, y del 70 al 82%, en Olavarría.

"Este proyecto lo empezamos con un crédito del Fondo Tecnológico Argentino (Fontar) hace varios años -cuenta Sadir- y ya en 2004 iniciamos el patentamiento." En virtud de un acuerdo de vinculación tecnológica con Biogénesis Bagó, la compañía se hizo cargo de devolver la financiación y compartirá los derechos con el INTA y los investigadores. La innovación obtuvo la patente de invención del Instituto Nacional de la Propiedad Industrial (INPI).

En Europa tienen el objetivo de eliminar la enfermedad y poseen una vacuna parecida, pero, al parecer, los resultados de la inmunización local fueron superiores.

"Mucha gente que trabaja en el tema opina que superó las expectativas -asegura Puntel-. Al vacunar a los animales y luego someterlos a la infección, la cantidad de individuos protegidos fue muy grande y la protección, muy duradera."

Para Sadir, "dado que no genera una respuesta inmune que interfiera con el diagnóstico, esta vacuna posibilitará también el seguimiento epidemiológico".

"Es un logro importante porque el HVB es el principal virus causante de enfermedades respiratorias y reproductivas bovinas", concluye.

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