miércoles, 27 de junio de 2012

BLOQUEO AV EN DEPORTISTAS


BLOQUEO AV EN DEPORTISTAS



MARCO TEÓRICO
En el corazón normal, el nodo AV y el sistema de conducción especializado (rama derecha e izquierda del haz de hiss) representan la única conexión para la transmisión del impulso eléctrico del nodo sinusal y auricular a los ventrículos.
Fue Gaskell, en 1882, el primero en acuñar el término de "bloqueo cardiaco" y, en 1906, Einthoven publicó el primer ECG con un bloqueo auriculoventricular.
Se considera que el bloqueo auriculoventricular es un trastorno de la conducción de los impulsos eléctricos que van de la aurícula a los ventrículos, producidos por disminución de la velocidad de propagación o por interrupción total del mismo. En el ECG se observa un alargamiento del intervalo PR superior a 0.21segundos.
Se distinguen 3 grados:
·         Bloqueo AV de 1º grado: todos los impulsos se conducen, pero con retraso.
·         Bloqueo AV de 2º grado: algún impulso no se conduce a los     ventrículos.
·         Bloqueo AV de 3º grado: ningún impulso se conduce a los ventrículos.

Epidemiología
El bloqueo AV de 1° es mucho más frecuente en atletas cuando se compara con la población no atleta y ha sido calculado en 5% a 30% de los casos entre maratonistas (entre no atletas se observa apenas en 0,65% de los casos).
El bloqueo AV de 1° generalmente es fugaz y desaparece con el ejercicio.
El intervalo PR a pesar de ser relativamente prolongado todavía no tiene el criterio de acuerdo a la FC para hacer el diagnóstico de bloqueo AV de 1°. Después del ejercicio el intervalo PR se normaliza o hasta se disminuye.
El bloqueo AV de 2° tipo I se observa aproximadamente en el 10% de la población atleta y en 20% entre los atletas de alto desempeño.
Es decir que es mucho más frecuente que entre no atletas normales donde su incidencia es de menos de menos de 1 en 30.000 o 0,003%. Por otra parte, está caracterizado por desaparecer durante el ejercicio lo que no ocurre en casos patológicos.
El bloqueo AV de 2° tipo II aunque mucho más raro es posible de observar en atletas.
En ausencia de síntomas o empeoramiento de la frecuencia con el ejercicio en estos casos no es necesario restringir las actividades. Puede asociarse disociación AV por interferencia con ritmo de escape de la unión o ventricular.
El bloqueo AV de 3° es encontrado en 5 de cada 12000 atletas. Si es necesario el implante de marcapaso por presentar síntomas o cardiopatía estructural, los deportes de contacto deben ser evitados.
Atletas portadores de bloqueo AV completo congénito sin síntomas y sin cardiopatía estructural asociada la conducta será de seguimiento semestral clínico y anualmente se realizara Holter 24 hs, ecocardiograma y test ergométrico.
La indicación de marcapaso definitivo está condicionada a la presencia de insuficiencia cardiaca, frecuencia inapropiada durante la vigilia (menor de 40 lpm), presencia de arritmia, aumento del diámetro de las cámaras izquierdas al ecocardiograma o insuficiencia mitral significativa.
En atletas en estas condiciones y sintomáticos con síncope o presíncope es necesario restringir la actividad por un tiempo estimado de 3 a 6 meses hasta que se encuentre la terapia definitiva.
Etiología
Los bloqueos AV de 1° y 2° tipo I son más frecuentes en los atletas. En el estado de reposo, el balance simpático-parasimpático manifiesta una influencia balanceada sobre el nodo AV. Sin embargo, en atletas y competidores entrenados el control parasimpático es predominante y el resultado puede ser el desarrollo de bloqueo AV de 1° y 2° tipo I, o aún grados mayores. Los bloqueos AV mediados por aumento del tono vagal son en general benignos, aunque en casos aislados de bloqueos AV de 2° por vagotonía pueden asociarse a presíncope o sincope.
Otra causa común es la acción de diferentes fármacos con efecto directo o indirecto sobre el nodo AV o sobre el sistema nervioso autónomo o ambos. Es característico el efecto de la digoxina por incremento del tono vagal o los betabloquentes por disminución y bloqueo del tono simpático. Ambos grupos pueden causar bloqueos AV de 1° y 2° tipo I. Los calcio antagonistas y antiarrítmicos clase IC actúan disminuyendo la conducción en el nodo av.
Los beta bloqueantes, calcio antagonistas y otros antiarrítmicos a dosis convencionales raramente se asocian a desarrollo de bloqueo AV completo de novo. Pero, en casos de enfermedad preexistente del nodo AV puede ocurrir bloqueo AV completo o transitorio inducido por estos fármacos.
Los trastornos médicos (enfermedad de Addison) y electrolíticos (hiperpotasemia, hipermagnesemia) condicionan retraso y bloqueo a nivel nodal.
El bloqueo AV de 2° tipo II de mobitz es menos frecuente que el tipo I y se asocia frecuentemente con enfermedad significativa del sistema de conducción (bloqueo  de rama o bifascicular) y tiene gran tendencia a evolucionar a bloqueo AV de 3°.
El bloqueo AV de conducción 2:1 es un caso especial y puede ser resultado de enfermedad nodal o infranodal.
Pronóstico
La historia natural del bloque AV depende de la causa subyacente. El bloqueo AV adquirido de alto grado que ocurre como resultado o asociado a una cardiopatía o posquirúrgico tiene generalmente mal pronóstico. En contraste, el seguimiento a largo plazo del bloqueo AV, aun el de alto grado relacionado con un síndrome neurocardiogénico, mediado por el vago (vasovagal) es generalmente bueno.
El bloqueo AV de 1° generalmente es beningno y suele ser no progresivo. Como trastorno aislado en individuos sanos, el pronóstico del bloqueo AV de primer grado es muy bueno y no guarda relación con la presencia de cardiopatía isquémica latente ni de bloqueo AV avanzado en el futuro, de la misma manera se comporta el bloqueo AV de 2° tipo I cuando ocurre en sujetos jóvenes y/o sanos. Estos últimos pueden verse a veces en adolescentes sin cardiopatía, sobre todo durante la noche, así como en deportistas.
El bloqueo de primer grado causado por retraso en el nodo AV no necesita tratamiento específico e incluso representa una contraindicación absoluta para la administración de digitálicos, propranolol o verapamil. Sin embargo, es importante conocer a los individuos con bloqueo de primer grado del nodo AV cuando dichos fármacos se administran.
El bloqueo AV de primer grado no es obstáculo para la realización de actividad física de alta competición sin restricción si se acorta a < 200 ms con ejercicio o atropina. Si se asocia a bloqueo de rama es preciso realizar un estudio electrofisiológico para descartar trastornos de la conducción graves.

El bloqueo AV de 2° tipo II tiene riesgo de progresar a bloqueo AV de 3°.
El bloqueo AV de 3° esta habitualmente asociado con mal pronóstico por alta susceptibilidad al sincope bradiarrítmico (40-60%) o taquicardia ventricular.

JUSTIFICACIÓN
A fines del siglo XIX fueron descriptos los primeros hallazgos con respecto a las diferencias halladas entre sujetos de actividad predominantemente sedentaria y aquellos que realizaban actividad física en forma
Indudablemente desde la llegada del ecocardiograma, éste se convirtió en una herramienta de inestimable valor en el estudio de las modificaciones en la estructura del corazón del deportista. Permitió valorar el tamaño de la cavidad cardíaca y los espesores parietales como así también relacionar la masa cardíaca con el tamaño corporal del deportista. De esta forma se avanzó en la diferenciación entre aquellos corazones normales de individuos deportistas y los que por alguna patología pudieran ocasionar agrandamiento de las estructuras cardiovasculares.
El determinante de la respuesta cardiovascular al ejercicio es el tipo de esfuerzo que se practica. El entrenamiento genera cambios en el diámetro de las cavidades y en el espesor de las paredes ventriculares. Los primeros se presentan con mayor frecuencia en los atletas que realizan deportes dinámicos mientras que los segundos son de aparición más frecuente en los deportistas que realizan ejercicios de esfuerzo estático.
En el ejercicio dinámico, se hallan involucrados grandes grupos musculares con importante necesidad de aporte de oxígeno para el metabolismo aeróbico. Éste tipo de entrenamiento trae aparejado un incremento en la carga volumétrica con mayor volumen diastólico, aumento en el número de miofibrillas y en el tamaño de la cavidad ventricular con incremento proporcional de los espesores del septum interventricular y de la pared libre ventricular.

El ejercicio isométrico genera un aumento considerable de la poscarga, lo que trae aparejado un incremento en el espesor de la pared ventricular para compensar el ascenso de la tensión parietal, consecuencia del aumento de presión intraventricular.

Ahora bien, así como el entrenamiento puede provocar incremento en el tamaño y los espesores parietales si es realizado en forma seriada y continua, al suspender el estímulo por varias semanas (entre tres y doce en algunas ocasiones) estos cambios pueden retrogradar a valores similares a sujetos no entrenados.

Estos elementos son importantes cuando el médico sospecha una miocardiopatía hipertrófica en un deportista de alto rendimiento.

Los cambios fisiológicos y anatómicos provocados por el entrenamiento físico intenso y las modificaciones del sistema nervioso autónomo evidenciadas por cambios en el cronotropismo y en el impulso eléctrico, dan lugar a una entidad denominada "Síndrome del corazón de atleta". Es una modificación normal de la estructura y función del músculo cardiaco como adaptación crónica al ejercicio del entrenamiento.
Hacia fines de los '60 fue definido así un cuadro caracterizado por: Bradicardia sinusal, alteraciones de la conducción auriculoventricular, hipertrofia ventricular izquierda, alteraciones de la repolarización y aumento de la silueta cardíaca en la radiografía de tórax.
La bradicardia sinusal es el signo que con mayor frecuencia se hace presente. Y dentro de las alteraciones del ECG lo más frecuente de observar es el bloqueo AV:
·Bloqueo A-V de I° grado: se presenta entre el 6% a 33% de los deportistas, mientras que en la población general la prevalencia es del 0,65%.
·Bloqueo A-V de II° grado con períodos de Wenckebach: es menos frecuente que el anterior (menor al 1%), aunque en algunos maratonistas de "elite" puede alcanzar el 10%.
·Bloqueo A-V de II° tipo Mobitz II: raro, sugiere un origen patológico.

Las modificaciones más importantes se evidencian en el ventrículo izquierdo, el cuál va a aumentar el diámetro de su cavidad y/o el grosor de sus paredes, con la finalidad de realizar un mayor trabajo que el normal y, al mismo tiempo, disminuir el consumo de oxígeno.

Un atleta que practica un deporte dinámico, como carrera de fondo, y que realiza un entrenamiento de resistencia, va a desarrollar un ventrículo izquierdo con aumento de su cavidad sin hipertrofia de su pared. En cambio en el atleta de un deporte estático, como levantamiento de pesas, y que realiza un entrenamiento de fuerza, se va a desarrollar un corazón con paredes gruesas.

Por otro lado, las arterias coronarias aumentan su calibre y, por lo tanto, aumentan el flujo sanguíneo y la oferta de oxígeno al miocardio. El electrocardiograma va a mostrar diversos hallazgos: alteraciones del ritmo, que mejoran al aumentar la frecuencia cardiaca; alteraciones de la conducción no severas y otros cambios menos importantes.

Los deportistas portadores de corazón de atleta no tienen síntomas, tienen la presión arterial normal, el pulso de baja frecuencia 

Un aspecto muy importante a tener en cuenta es la realización de un correcto diagnóstico diferencial entre corazón atleta y enfermedad cardiovascular.
El entrenamiento sistemático ya sea en deportes aeróbicos o anaeróbicos conduce a un incremento de la masa cardiaca y remodelación estructural en muchos atletas. Esta forma fisiológica de hipertrofia o corazón atleta es considerada como una adaptación al entrenamiento sistemático sin consecuencias adversas cardiovasculares. Los cambios resultantes incluyen  aumento e incremento del volumen de la cámara ventricular, a veces acompañada por incremento del grosor del ventrículo izquierdo e incremento de la aurícula izquierda con preservación de la función sistólica y diastólica. La magnitud de los cambios oscilan de acuerdo al deporte.
            Otras adaptaciones fisiológicas al entrenamiento incluyen una variedad de anomalías en los patrones electrocardiográficos en alrededor del 40 % de los atletas, algunos de los cuales semejan enfermedades cardíacas (gran incremento del voltaje, onda Q y repolarizaciones anormales). Debido al aumento del tono vagal que muchas veces se acompaña a las condiciones físicas, estos pacientes sin enfermedades estructurales del corazón están también expuestos a arritmias y alteraciones de la conducción, las cuales generalmente no requieren investigaciones invasivas o tratamientos específicos.
            La habilidad para hacer la distinción clínica entre el corazón atleta fisiológico y condiciones patológicas tiene serias implicancias para atletas entrenados, ya que para reducir el riesgo de muerte súbita o la progresión de la enfermedad cardiovascular debería limitarse la competencia deportiva privando a los mismos de los beneficios psicológicos o monetarios del deporte.
Obviamente la adaptación fisiológica morfológica podría imitar enfermedades cardiovasculares y llevar a diagnósticos diferenciales que incluirían hipertrofia y dilatación miocárdica y arritmias ventriculares.
Tales dilemas diagnósticos frecuentemente surgen cuando las dimensiones cardíacas se encuentran fuera de los parámetros normales (grosor de la pared ventricular izquierda 12 mm y tamaño de la cavidad 60 mm). Este diagnóstico ambiguo puede a veces ser resuelto a través del uso de métodos no invasivos a través de la respuesta de la masa cardiaca a cortos períodos de tiempo de inactividad (alrededor de tres meses), o con la medición del llenado diastólico a través del ecocardiograma Doppler.


CONCLUSIÓN
No todos los bloqueos auriculoventriculares son patológicos.
Se pueden ver bloqueos AV de 1º y 2º durante el sueño en sujetos normales.
En sujetos con un tono vagal aumentado, como los deportistas, pueden verse bloqueos AV de 1º y 2º diurnos durante momentos de reposo o inactividad.
La bradicardia sinusal así como la aparición de bloqueo A- V de l° y 2° tipo I (períodos de Wenckebach) son frecuentes en el deportista entrenado en reposo y atribuibles a hipertonía vagal. Sin embargo, la presencia de tales trastornos durante el ejercicio y el desencadenamiento de síncope por ellos, responde, por lo general, a patologías intrínsecas del sistema de conducción. También es posible que esa hipertonía vagal ponga de manifiesto trastornos ocultos en dicho sistema.









BIBLIOGRAFÍA

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·                     http://www.arritmias.es/Las_arritmias/bloqueos_auriculoventriculares.php?m=1


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·                     http://www.bago.com/cardired/cardio-depor/parte-1.asp

·                     http://cardioguia.blogspot.com.ar/2011/01/corazon-de-atleta.html?m=0

·                     http://www.smcardiologia.org.mx/pdfs/guias/gpc_bloqueoauriculoventricular.pdf

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·                     http://med.unne.edu.ar/revista/revista139/msubita.htm

·                     http://200.26.134.109:8080/endeporte/hermesoft/portal/home_1/rec/arc_2728.pdf                                                                                                                                                                                  

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