Las ratas de laboratorio perfectas
Las ratas topo lampiñas no contraen cáncer. Se deshacen de las malezas con ácido y envejecen tan bien que algunas son mayores que los investigadores de edad universitaria que las estudian
"Realmente creo que son marcianas", comentó Thomas Park, un profesor de ciencias biológicas en la Universidad de Illinois en Chicago.
Por cierto son de la saliente del África oriental. Pero estos animalitos se están popularizando en los laboratorios de investigación, donde los roedores aparentemente invulnerables han sorprendido a los científicos con su capacidad de vivir hasta 30 años y su potencial de ofrecer indicios sobre la salud humana. Son usados para estudiar de todo, desde el envejecimiento hasta el cáncer y la apoplejía.
Unas mil 500 ratas topos lampiñas viven en tanques conectados por largos tubos en el Centro de Ciencias de la Salud en la Universidad de Texas, donde la investigadora Rochelle Buffenstein cría la mayor colonia en Estados Unidos. Por lo menos otra media docena de universidades también tienen colonias.
Casi ciegos y lampiños, estos roedores (Heterocephalus glaber) suelen vivir en túneles subterráneos con una estructura comparable a la de las abejas. Buffenstein estudia su longevidad.
Mientras los ratones de laboratorio viven un promedio de dos años, las ratas topos lampiñas pueden vivir hasta 30 años con pocos estragos por la vejez. La investigadora dijo que su consistencia ósea no empieza a disminuir hasta que llegan a unos 24 años.
Lucen frágiles (varios caben en la palma de una mano y se puede ver por debajo de su piel rosa), pero son muy resistentes.
El jugo de limón en una cortadura le duele a cualquiera, pero Park dijo que este roedor no siente dolor porque carece de un neurotransmisor conocido como sustancia P. El descubrimiento ha abierto caminos a la investigación de la analgesia.
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