sábado, 2 de enero de 2010

EL HOMBRE MAS INTELIGENTE DEL MUNDO

William James Sidis

William James Sidis nació en Nueva York en 1898, y murió en la misma ciudad en 1944, y es considerado la persona más inteligente de la que se tiene registro. Sin embargo, para el mundo es casi un desconocido pues no llegó a realizar logros dignos de un gran destaque.

Su coeficiente intelectual era cercano a los 250, cuando lo habitual es de entre 90 y 110. Cabe aclarar que el coeficiente intelectual se calcula dividiendo la edad mental por la edad biológica y multiplicando por 100. Así, si un niño de 10 años puede resolver problemas matemáticos o hacer cosas habituales para niños de 14, se divide 14 ente 10, que de como resultado 1.4 que multiplicado por 100 da un coeficiente intelectual de 140.

Claro que, los test para medir la inteligencia son más complejos y variados (e imperfectos). Pero el punto aquí es que parece evidente que no todos los niños genios se transforman luego en verdaderos GENIOS(basta recordar al mejor alumno de nuestra clase y averiguar cómo es su vida hoy).

Por otra parte, el de William James Sidis se trataba de una caso especial ya que su padre era un experto en psicología que utilizó sus propios métodos para estimular el desarrollo temprano de la inteligencia de William. Y logró que el pequeño, al año y medio ya supiera leer el diario. Antes de cumplir los 10 años hablaba 8 idiomas. Y su carrera académica no fue menos impresionante: hizo la primaria en unas pocos semanas, escribió varios libros siendo aún niño, estudio en el MIT (Massachussetts Institute of Tecnology), y a los 11 años ya concurría a la prestigiosa Universidad de Harvard. A los 16 años se graduó como doctor en medicina.

Pero hasta ahí llegan sus logros, no inventó la cura del cáncer, ni escribió ninguna sinfonía grandiosa, ni ningún otro de los logros que cabría esperar del hombre más inteligente del mundo. Quizá la cuestión aquí pase por la forma de medir la inteligencia (estos famosos test de coeficiente intelectual) o por tener en cuenta que la inteligencia lisa y llana no lo es todo a la hora determinar un genio o de hacer que alguien deje una huella en la historia (o que simplemente le vaya bien en la vida).

Es más, para muchos William James Sidis es el ejemplo más claro de cómo niños superdotados no siempre logran el éxito que supuestamente corresponde a su inteligencia.

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